La alegoría de la caverna es una de las creaciones más importantes de Platón en toda la historia; incluso en la actualidad, más de dos mil años después de su creación, tiene una gran vigencia filosófica y social. Pero la popularidad de ésta alegoría puede que le reste un poco de mérito a las otras alegorías de Platón que se narran en el diálogo de La República: la alegoría del sol y la alegoría de la línea; pues las tres, en realidad dicen lo mismo, pero al ser la caverna la más 'didáctica' y fácil de entender, es la más popular, pero, ¿que nos cuenta?
Para la alegoría, Platón propone que unos hombres, desde su nacimiento son prisioneros en una caverna de la cuál nunca pueden salir, del otro lado del muro hay unos hombres con unas artesanías con formas de objetos, animales u objetos, y detrás de ellos se encontraba una hoguera, la cual (con su luz) hacia que las artesanías de los hombres produjeran unas sombras; las cuales, eran siempre vistas por los prisioneros, los cuales, al no poder salir de la caverna, ni tener ninguna otra percepción posible de la realidad; asimilaban que éstas sombras eran las sombras reales que producían los animales y objetos. Esto se puede explicar desde la alegoría de la línea de la siguiente manera: Platón se plantea la existencia de dos mundos, el mundo sensible, y el mundo inteligible, siendo uno oscuridad y el otro luz respectivamente. Hay dos escalas en el mundo sensible; el primero son las imágenes (las sombras o figuras), y el segundo son los objetos sensibles (animales, objetos o personas), que son los que llevan a la creencia: La creencia de que las figuras que se perciben son los que producen sus representaciones reales, y no solo copias de éstas.
Posteriormente Platón planteo que si se le diese la oportunidad a un prisionero de salir de ésta caverna, tendría bastante dificultad a acostumbrarse a la luz del sol, pues después de vivir media vida sumido en la oscuridad; sus ojos no están acostumbrados en absoluto a la luz del sol, y por esto, no podrá mirar directamente a la luz; por lo que buscará ver reflejos de la realidad, para así ir contemplando el mundo poco a poco. Después de cierto tiempo de observación de los reflejos, sus ojos ya se habrán acostumbrado a la luz del sol, por lo que ya podrá contemplar lo que es la magnificencia del mundo real; ahora el puede conocer las entidades, y al conocer las entidades; podrá llegar a vislumbrar las ideas de la que éstas entidades son imitación; al haber aprendido lo suficiente sobre el mundo real, el hombre vuelve a la caverna, hecho todo un filósofo, a 'iluminar' a los otros prisioneros con el conocimiento adquirido; pero éstos, al no tener ninguna perspectiva de la realidad aparte de la caverna, no le creerían, lo acusarían de loco y se rehusarían a ser liberados.
Nuevamente esto se puede entender desde la alegoría de la línea de la siguiente manera: cuando el hombre sale del mundo de oscuridad de la caverna (el mundo sensible), y sale y contempla la realidad (el mundo inteligible), tendrá dificultades para asimilar lo que ve (διάνοια), pero al tener contacto directo con ella por el tiempo suficiente, podrá comprenderla, y así podrá mirar al sol (el cual es el punto más alto y donde se encuentra el bien) y todas las demás entidades de la realidad; para poder después, llegar al (Nous) conocimiento directo de la realidad, con el cual podrá razonar y entender por completo todo lo que ve, y hacerse uno con el mundo de luz. Pero al volver y intentar explicar el mundo de luz a los que han vivido en la oscuridad, el no podrá; pues no se le puede explicar algo tan complejo, a quien no ha contemplado más que las imitaciones de él; por lo que ellos seguirán viviendo en su mundo de oscuridad y se negarán a salir de éste por el miedo que les producen las conjeturas de lo que creen que encontrarán afuera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario