viernes, 10 de marzo de 2017

Vigencia presocrática en la actualidad



Actualmente se cree que los presocráticos ya expiraron y que todas sus teorías o postulados están obsoletos; pero esto no es del todo cierto, ya que si bien la ciencia ha falseado gran parte de las teorías de éstos, aún siguen dando algunos quebraderos de cabeza en algunos campos. En mi opinión el mejor ejemplo de esto es Zenón de Elea, discípulo y continuador de Parménides, aunque haya vivido hace más de 2000 años, los lógicos aún siguen debatiendo sus teorías, o más específicamente, sus aporías o paradojas. Con estas aporías Zenón intentaba negar o falsear los conceptos de 'movimiento' y 'espacio', dando unos argumentos bastante sólidos los cuales son convincentes así no se esté de acuerdo con la conclusión de estos, y con el pasar de los siglos muchos filósofos y científicos intentaron sin éxito falsearlas, pero nadie lo logró.

No fue sino hasta el siglo XV que el filósofo, matemático y lógico Gottfried Wilhelm Leibniz diera una solución matemática a las aporías de Zenón de manera muy convincente para todos, aún así los argumentos de Zenón fueron tan buenos que incluso en la actualidad se siguen discutiendo éstas aporías en distintos medios; lo cual prueba de que los filósofos presocráticos aún tienen bastante por ofrecer al mundo moderno -si se les da la importancia que merecen- y no son solo una parte de la historia.

Jenófanes de Colofón


Jenófanes de Colofón (Nacido entre el 580 a. C. y el 570 a. C. - muerto entre el 475 a. C. y el 466 a. C.) fue un poeta elegíaco y filósofo griego. Sus obras sólo se conservan en fragmentos, gracias a citas de autores posteriores, actualmente recopiladas en la obra de H. Diels, revisada por W. Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker ("Los fragmentos de los presocráticos"). A partir de los fragmentos conservados, puede reconstruirse una visión del mundo y de los dioses opuesta a los planteamientos de la épica homérica y hesiódica. Vinculado a la escuela milesia por origen y por la estructura de su cosmología, tradicionalmente se lo ha considerado fundador de la escuela eleática y del monismo. Se le ha señalado a menudo como escéptico por sus fragmentos gnoseológicos, y los autores de la patrística creyeron ver en sus textos teológicos una primera formulación del monoteísmo entre los griegos.

La tradición doxográfica, partiendo de una afirmación de Platón, quiso ver en Jenófanes al fundador de la escuela eleática. Aristóteles agregó que Parménides fue su discípulo. Este dato parece cobrar fuerza a partir de la consideración de la semejanza del dios jenofánico, atestiguada en sus fragmentos considerados auténticos, con algunas notas del ente parmenídeo: la ausencia de traslación y la primacía del dios de Jenófanes sobre otros dioses y hombres fue equiparada con la inmovilidad y la unicidad del ente inteligido por Parménides.

Filosofía de Jenófanes

Los temas de los que se ocupa la filosofía de Jenófanes son principalmente tres: 1) cuestiones teológicas, 2) la naturaleza y el mundo físico 3) el conocimiento humano y sus límites.

1) Cuestiones teológicas: Con respecto a la teología Jenófanes comienza por realizar una crítica a los dioses homéricos de la tradición griega. Estos dioses, afirma Jenófanes, no son más que una invención humana, creada a imagen y semejanza del ser humano. Dotados no solamente de cuerpos, brazos y piernas similares a las del hombre, los dioses tienen además todos los vicios imaginables. Son corruptos, mienten, engañan, traicionan, etc. por lo que en ningún momento deberían ser usados con fines educativos. En este aspecto Jenófanes es claramente un moralista preocupado por las posibles influencias que las creencias tradicionales podían tener en los modelos de conducta de la juventud. No olvidemos que los textos de Homero eran parte fundamental de la educación, no sólo de los jóvenes, sino de todo el pueblo. La crítica al antropomorfismo es uno de los frutos de los viajes realizados por Jenófanes y del espíritu crítico adquirido en ellos, pues no se limita a señalar una mera semejanza general entre dioses y humanos, sino que en cada región del mundo los dioses tienen las características de los habitantes de la zona:
"Los etíopes dicen que sus dioses son chatos y negros,
Mientras que los tracios dicen que los suyos tienen ojos azules y son pelirrojos"
 Frente a estas divinidades Jenófanes propone la existencia de un único Dios que no guardaría ningún parecido con los seres humanos. Este Dios es un precursor del Ser de Parménides, aunque, de nuevo, a la hora de precisar las características del Dios de Jenófanes las interpretaciones difieren. Hay común acuerdo en atribuirle la inmovilidad, probablemente debido a que todo cambio, ya sea espacial o de otro tipo, es visto como una imperfección, mientras que el Dios de Jenófanes se nos presenta como un ser supremo y perfecto:
"Sin esfuerzo sobre el Todo reina con el simple pensamiento e intención.
Todo él ve, todo él conoce y todo él oye".
 Por el contrario falta el acuerdo en lo que se refiere a su corporalidad. Algunos interpretes han considerado, basándose precisamente en que el Dios de Jenófanes "ve" y "oye", que debía tratarse de un ser corpóreo, aunque distinto a los humanos, mientras que otros han interpretado tales términos como meras concesiones lingüísticas para explicar de forma sencilla y accesible al Dios sin que hayan de ser tomadas literalmente. En caso de aceptar la corporeidad cabría discutir si la forma que adopta es esférica, como hará Parménides al hablar del Ser o si cabe alguna otra posibilidad.

Otro punto controvertido es la identificación que algunos interpretes, como Aristóteles y Teofrasto, han realizado de Dios con el mundo, que harían de Jenófanes un panteísta o un hilozoísta, en la medida en la que el hilozoísmo acepta la penetración divina en la materia. Esta postura, sin embargo, probablemente es errónea: si, como hemos afirmados, el Dios de Jenófanes está inmóvil y el mundo se encuentra en movimiento ¿cómo pueden identificarse el uno con el otro?

Finalmente, por lo que al ámbito de la teología respecta, cabe considerar si Jenófanes concibió su Dios a partir de reflexiones lógicas, como hizo Parménides después de él, o si meramente se limitó a postular un Dios cuyas características fuesen las opuestas a las de los dioses homéricos que repudiaba.


2) La naturaleza y el mundo físico: En lo tocante a sus opiniones acerca de la naturaleza y de los fenómenos físicos Jenófanes dedica su atención a los fenómenos celestes, a cuestiones cosmológicas y, finalmente, a observaciones geológicas.

Sobre los primeros afirma que son un producto de la concentración de "partículas ígneas" o "nubes en ignición". Esta concepción de los objetos celestes está en concordancia con las afirmaciones relativas a la naturaleza del sol, que es considerado como una concentración de fuego que surgía procedente del mar. Asimismo, el arco iris es también concebido como una nube. Toda estas afirmaciones son coherentes entre sí y muestran además un parecido con las teorías de Heráclito, quien al parecer consideró que los cuerpos celestes estaban llenos de fuego. El problema, sin embargo, surge a partir de otras citas que se refieren a Jenófanes y que afirman que éste aceptaba la existencia de innumerables soles y lunas, y con ello pasamos a considerar las opiniones relativas a la cosmología. Para evitar la contradicción entre las afirmaciones, o bien aceptamos que Jenófanes, al igual que Heráclito, consideraba que el sol y la luna se encendían cada día o bien entedemos la alusión a los innumerables soles y lunas como una mera metáfora acerca de la renovación diaria de cada uno y la circularidad de los procesos temporales.

Todavía en el ámbito de las cuestiones cosmológicas encontramos fragmentos que hacen alusión al elemento primigenio de Anaxímedes, el aire, y al ápeiron de Anaximandro. De nuevo según Popper, es probable que el joven Jenófanes se enfrentase al dilema de elegir entre el ápeiron propuesto por su maestro Anaximandro y el aire de Anaxímedes como elemento fundamental, siendo así que se decidió por la propuesta del primero. La alusión a éste ápeiron por medio del término "infinito" (expresión que no es errónea pues ápeiron significa literalmente "sin límites") tuvo sin embargo como consecuencia la desafortunada atribución a Jenófanes por parte de Aristóteles de la teoría de una Tierra infinita, asociación ésta que pasó a formar parte de las teorías habitualmente relacionadas con el presocrático.

Finalmente, por lo que respecta a las observaciones geológicas, encontramos aquí a un científico de gran agudeza. Jenófanes afirmó a partir del hallazgo de fósiles de peces encontrados en la montaña que la Tierra debió estar toda cubierta de agua, o, mejor dicho, de algún tipo de mezcla de la tierra y el agua como el barro o el fango. A partir de estas observaciones Jenófanes postuló que todos los seres vivos proceden del barro, siendo los primeros animales similares a los peces y surgiendo después los anfibios. Posteriormente aparecerían los seres humanos, pero igualmente tendrían su origen en las criaturas que una vez salieron del fango originario. En su visión de los fenómenos naturales Jenófanes concedía primacía al agua, y concretamente al mar, la mayor agrupación de agua conocida, al que consideraba la fuente de todos los rios así como de la lluvia y las nubes.


3) El conocimiento humano y sus límites: Acerca del conocimiento humano y de sus límites Jenófanes realizó avances todavía más importantes y que están siendo cada vez más valorados. Los siguientes cuatro versos son en este ámbito de importancia fundamental:
"Ningún hombre conoció ni conocerá nunca la verdad sobre
Los dioses y sobre cuantas cosas digo; pues aun cuando
Por azar resultara que dice la verdad completa, sin embargo no lo sabe.
Sobre todas las cosas no hay más que parecer"
 La interpretación tradicional afirmaba que Jenófanes se limitaba a expresar meramente la relatividad del conocimiento, al considerar que éste depende de cada individuo. No obstante otros estudiosos consideran que, por el contrario, Jenófanes es el fundador de la teoría del conocimiento porque en este texto, así como en otros fragmentos, se establece una teoría de la verdad: No se trata de que el conocimiento dependa del sujeto, sino que se está afirmando una concepción de la verdad como algo objetivo, independiente del sujeto. La verdad consiste en la correspondencia de aquello que decimos con la realidad, pero no tenemos ningún medio para saber cuando dicha correspondencia se da o no (pero ello no elimina el concepto de "verdad").

Nuestras ideas, por lo tanto, no son más que intentos más o menos afortunados de expresar la verdad. Es posible que, con el tiempo (esto se deduce a partir de otros fragmentos), nuestras ideas se acerquen más a la verdad, pero estas siguen siendo conjeturas. En la concepción de Jenófanes, por lo tanto, además de considerar la verdad como algo objetivo, se afirma que se trata de algo distinto de la certeza, entendida ésta como un conocimiento subjetivo.



jueves, 9 de marzo de 2017

Pitágoras


Pitágoras (Samos, c. 569-Metaponto, c. 475 a. C.), fue un filósofo y matemático griego considerado el primer matemático puro. Contribuyó de manera significativa en el avance de la matemática helénica, la geometría, la aritmética, derivadas particularmente de las relaciones numéricas, y aplicadas por ejemplo a la teoría de pesos y medidas, a la teoría de la música o a la astronomía. Respecto a la música, sus conceptos de I, IV y V, fueron los pilares fundamentales en la armonización griega, y son los utilizados hoy en día. Es el fundador de la Escuela pitagórica, una sociedad que, si bien era de naturaleza predominantemente religiosa, se interesaba también en medicina, cosmología, filosofía, ética y política, entre otras disciplinas. El pitagorismo formuló principios que influyeron tanto en Platón como en Aristóteles y, de manera más general, en el posterior desarrollo de la matemática y en la filosofía racional en Occidente.

No se ha conservado ningún escrito original de Pitágoras. Sus discípulos —los pitagóricos— invariablemente justificaban sus doctrinas citando la autoridad del maestro de forma indiscriminada, por lo que resulta difícil distinguir entre los hallazgos de Pitágoras y los de sus seguidores. Se le atribuye a Pitágoras grandes descubrimientos, como la inconmensurabilidad de la diagonal de un cuadrado de lado mensurable o el teorema de Pitágoras para los triángulos rectángulos, fueron probablemente desarrollados por la Escuela pitagórica.

Escuela Pitagórica


Pitágoras fundó una escuela filosófica y religiosa en Crotona, al sur de Italia, que tuvo numerosos seguidores. Se llamaban a sí mismos matemáticos (matematikoi), vivían en el seno de esta sociedad de forma permanente, no tenían posesiones personales y eran vegetarianos. Hasta 300 seguidores llegaron a conformar este grupo selecto, que oía las enseñanzas de Pitágoras directamente y debía observar estrictas reglas de conducta. Sus máximas pueden sintetizarse como:

- Que en su nivel más profundo, la realidad es de naturaleza matemática;
- Que la filosofía puede usarse para la purificación espiritual;
- Que el alma puede elevarse para unirse con lo divino;
- Que ciertos símbolos son de naturaleza mística;
- Que todos los miembros de la hermandad deben guardar absoluta lealtad y secretismo.

La escuela practicaba el secretismo y la vida comunal de manera muy estricta, y sus miembros solían atribuir todos sus descubrimientos a su fundador. De darles crédito, el alcance y la cantidad de trabajo de Pitágoras tendría una extensión inverosímil; aunado a esto, no se conserva ningún escrito de Pitágoras propiamente, por lo que la distinción entre sus trabajos y los de sus seguidores es de difícil demarcación. Las contribuciones de los pitagóricos y su enorme influencia fueron determinantes para el desarrollo las matemáticas, la astronomía y la medicina, entre otras ciencias naturales, y es razonable dar crédito a Pitágoras por muchos de sus hallazgos.

Cosmovisión: 


tomado de: https://image.slidesharecdn.com/cosmovisiondelospueblosantiguoshge3erosec-140515172844-phpapp01/95/cosmovision-de-los-pueblos-antiguos-hge-3-ero-sec-11-638.jpg?cb=1400176762



- Pitágoras se adelantó a las concepciones que muchos siglos después requerirían una gran lucha para imponerse. Tanto, que se lo puede considerar el precursor de Coopérnico.

-En efecto, él desalojó -en su teoría- a la Tierra de la posición central que se le adjudicaba. concibiéndola en cambio como uno de los diez cuerpos que juntamente con la Luna y una “contratierra” (¿?) se movían alrededor de un fuego central, en ciclos de 24 horas.

- Mucho más tarde, y a partir de estos primeros esquemas, Heráclides de Ponto y Aristarco de Samos, llegaron a la conclusión de que ese fuego central era el Sol. Son ellos pues, los primeros que arriesgaron un modelo heliocéntrico, en oposición al geocéntrico de Aristóteles, que no obstante continuó siendo el dominante aún hasta la Edad Media.

- El otro gran acierto de Pitágoras fue establecer por primera vez que el Lucero matutino y el Lucero vespertino eran en realidad dos momentos diferentes en la visualización del mismo planeta: Venus.

- Hasta ese momento, los griegos habían dado dos nombres diferentes al Lucero o Venus; Fósforo al de la mañana, y Héspero al de la tarde.


Matemática: 

La «ciencia matemática» practicada por Pitágoras y los matematikoi difiere del tratamiento de esta ciencia que se lleva a cabo en universidades o instituciones modernas. Los pitagóricos no estaban interesados en «formular o resolver problemas matemáticos», ni existían para ellos «problemas abiertos» en el sentido tradicional del término. El interés de Pitágoras era el de «los principios» de la matemática, «el concepto de número», «el concepto de triángulo» (u otras figuras geométricas) y la idea abstracta de «prueba». Como señala Brumbaugh, "Es difícil para nosotros hoy en día, acostumbrados como estamos a la abstracción pura de las matemáticas y el acto mental de la generalización, el apreciar la originalidad de la contribución pitagórica."


Pitágoras reconocía en los números propiedades tales como «personalidad», «masculinos y femeninos», «perfectos o imperfectos», «bellos y feos». El número diez era especialmente valorado, por ser la suma de los primeros cuatro enteros [1 + 2 + 3 + 4 = 10], los cuales se pueden disponer en forma de triángulo perfecto: la «tetraktys». Para los pitagóricos, «las cosas son números»,9 y observaban esta relación en el cosmos, la astronomía o la música.

El teorema de Pitágoras:


En un triángulo rectángulo: «la suma de los cuadrados de los catetos es igual al cuadrado de la hipotenusa». Si bien este resultado y las ternas pitagóricas eran conceptos ya conocidos y utilizados por los matemáticos babilonios y de la India desde mucho tiempo, fueron los pitagóricos los primeros que enunciaron una demostración formal del teorema; esta demostración es la que se encuentra en Los Elementos de Euclides. También demostraron el inverso del teorema: si los lados de un triángulo satisfacen la ecuación, entonces el triángulo es rectángulo. Debe hacerse hincapié además, en que «el cuadrado de un número» no era interpretado como «un número multiplicado por sí mismo», como se concibe actualmente, sino en términos de los lados de un «cuadrado geométrico».

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Heráclito de Éfeso



Conocido también como "El oscuro de Éfeso" fue un filósofo griego, nació hacia el año 535 a.C y falleció hacia el 484 a.C. Nació en Éfeso ciudad de Jonia. Como los demás filósofos anteriores a Platón, no quedan mas que fragmentos de sus obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores. 

Arche: Heráclito afirma que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa.

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural (como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La contradicción está en el origen de todas las cosas.

Todo este fluir está regido por una ley que él denomina Λόγος (Logos). Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni hablar». El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible, mejor que la visible», aunque Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas viva relegada a su propio mundo, incapaces de ver el real. Si bien Heráclito no desprecia el uso de los sentidos (como Platón) y los cree indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente e importante fragmento:

      Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole: 'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos llevamos'.

Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los opuestos. Quizás el fragmento más conocido de su obra dice:

tomado de: https://image.slidesharecdn.com/parmnidesherclitoempdocles-101027155817-phpapp02/95/parmnides-herclito-empdocles-9-638.jpg?cb=1422663121
    

 En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].

tomado de: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTq1vJvcdhw5_3f_XnfKdn3PakspmchjyJewenV27NX4dr-VrgAARoBXC7fLMk9VDqerbBOOu9r1ec1ThHU08yt9nzobybnTka_9-_vebyFJXZUZewFBLzwyqFFgL2OPU2AuMFgx5VPhU/s1600/pizap.com10.066634768154472111353780116485.jpg

Era conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática. Ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es el padre de todas las cosas», una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco. Para Heráclito el arjé es el fuego, en el que hay que ver la mejor expresión simbólica de los dos pilares de la filosofía de Heráclito: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia. Ahora bien, el devenir no es irracional, ya que el logos, la razón universal, lo rige: «Todo surge conforme a medida y conforme a medida se extingue». El hombre puede descubrir este logos en su propio interior, pues el logos es común e inmanente al hombre y a las cosas (la doctrina de Heráclito fue interpretada, olvidando esta afirmación del logos, en la filosofía inmediatamente posterior —sobre todo, en Platón— como una negación de la posibilidad del conocimiento: si nada es estable, se niega la posibilidad de un saber definitivo). De Heráclito es también la doctrina cosmológica del eterno retorno: la transformación universal tiene dos etapas que se suceden cíclicamente: una descendente por contracción o condensación, y otra ascendente por dilatación.

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martes, 7 de marzo de 2017

Anaximandro de Mileto


Muchas veces se menosprecia por ser el discípulo de Tales, pero Anaximandro es mucho más interesante de lo que se podría creer en principio; lo menos conocido de él es también lo más interesante; ahora veremos el porqué.

Nació en Mileto, Jonia en el año 610 a.C y murió entre 547-522 a.C, (alrededor de 70 años) fué un
filósofo y geógrafo de la Antigua Grecia. Discípulo y continuador de Tales (era solo 14 años menor) , y compañero y maestro de Anaxímenes, consideró que el principio de todas las cosas (arché) es lo ápeiron.

Se le atribuye un solo libro titulado ‘Sobre la naturaleza’, pero se ha perdido.
Sin embargo, no existe ninguna mención de sus textos antes de Aristóteles, y por esa razón se supone a veces que, en tiempos de Platón, su filosofía había caído en el olvido; fue Aristóteles quien la redescubrió, y es debido a Aristóteles, a Teofrasto y a varios doxógrafos que sus fragmentos han sido conservados.
Fue el primero en utilizar el término “arché”

tomado de: http://e-ducativa.catedu.es/44700165/aula/archivos/repositorio//3750/3977/html/500px-Perspectivas_del_universo_segun_Anaximandro.png

Pensamiento: Su pensamiento se centra en que el principio de todas las cosas (arché) es ápeiron “sin límites, sin definición"; de α- "no" y πεῖραρ "límite"), es decir, lo indefinido, lo indeterminado. Este ápeiron es inmortal e indestructible, ingénito e imperecedero, pero que de él se engendran todas las cosas. Todo sale y todo vuelve al ápeiron según un ciclo necesario. De él se separan las sustancias opuestas entre sí en el mundo y, cuando prevalece la una sobre la otra, se produce una reacción que restablece el equilibrio según la necesidad, <pues se pagan mutua pena y retribución por su injusticia según la disposición del tiempo.>Lo que es principio de determinación de toda realidad ha de ser indeterminado, y precisamente ápeiron designa de manera abstracta esta cualidad. Lo ápeiron es eterno, siempre activo y semoviente. Esta sustancia, que Anaximandro concibe como algo material, es «lo divino» que da origen a todo.

tomado de: http://www.filosofos.net/temas/tema_47/t_47_4_clip_image006_0000.jpg

Cosmología: En Anaximandro se encuentra ya una cosmología que describe la formación del cosmos por un proceso de rotación que separa lo caliente de lo frío. El fuego ocupa la periferia del mundo y puede contemplarse por esos orificios que llamamos estrellas. La tierra, fría y húmeda, ocupa el centro.
Postula Anaximandro que los opuestos se encuentran unidos en lo ápeiron, y se separan para formar todas las cosas nivelados por ciertos ciclos de dominancia de cada uno. Así, el mundo se formó cuando se separó lo frío de lo caliente, se formó la Tierra (fría) rodeada por una capa ígnea y otra capa de aire interior. Esta capa se rompió (de alguna manera) y esta desestabilización produjo el nacimiento del Sol, la Luna y las estrellas. Anaximandro observa empíricamente un descenso de las aguas en las zonas geográficas que conoce, y de ahí deduce que «la Tierra se está secando». Esto podría entenderse como la «reivindicación» de lo caliente y seco (cielo, Sol, Luna) frente a lo húmedo y frío (mundo conocido), indicando que pronto se cambiarán los papeles.

Generación de especies: Los primeros animales surgieron del agua o del limo calentado por el Sol; del agua pasaron a la tierra. Los hombres descienden de los peces.
Mediante pura observación metódica concluye que la vida debió haber empezado en el agua, con «seres envueltos en cortezas espinosas» (Aecio). El Sol fue evaporando «lo húmedo», y en esta especie de limo, surgieron los hombres a partir de estas primeras criaturas.
 tomado de:https://es.wikipedia.org/wiki/Anaximandro

Como vemos Anaximandro es mucho más que Apeiron como muchos creen.

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